Un estudiante capaz de asumir un compromiso humano
cristiano, que se sienta libre de expresar y manifestar sus
inquietudes, que tenga el valor de pensar y practicar sus
ideas. Un estudiante que sienta la actividad de estudiar, de
actualizarse, de capacitarse y de formarse como una tarea
digna de vivirse, con emoción y pasión. Que alcance la
plena socialización como base de su desempeño en la
sociedad, integrándose a la comunidad donde se desarrolla
a través de la solidaridad para dar y recibir ayuda.